Muchos cubanos todavía la recuerdan como aquella adolescente (Isabel) que protagonizó en la teleserie Doble Juego de Rudy Mora. Aunque de eso ha pasado algún tiempo, esta actriz indómita parece no perder su belleza juvenil y sensual.
Dio sus primeros pasos en el mundo del arte en la escuela de ballet, pero muy pronto descubrió que había nacido para actuar y comenzó a abrirse camino en su verdadera vocación.
Graduada de la Escuela Nacional de Arte (ENA), Mónica Alonso nunca tuvo miedo a roles que le representaran retos, tanto en el teatro como en la televisión. Así lo demostró cuando aceptó la propuesta del director cubano Gerardo Chijona para trabajar en su película Perfecto amor equivocado junto a grandes de la actuación como Luis Alberto García y Susana Pérez.
También trabajó en el largometraje cubano Esteban, junto a Corina Mestre, Raúl Pomares y otros conocidos actores de la Isla. La diversidad de personajes que ha encarnado, así como los múltiples medios en los que incursiona demuestran que ella es una actriz multifacética y sin trabas.
Mónica no es una de esas bellezas endebles, ficticias, construidas o posadas. Lo cierto es que sus desgarradores ojos verdes y rubio cabello pueden derretir almas. Ella es dueña de una mirada inquisitiva y un físico impresionante que transmite sensualidad, pero al mismo tiempo fortaleza de carácter.
También está orgullosa de su hija Habana. Puede parecer imposible que esta mujer tenga tiempo para tantos proyectos y a la vez ser una sexy mamá osa.
Aunque actualmente vive y se desempeña como actriz y modelo en España, Mónica no tiene intenciones de perder los lazos con Cuba. Siempre que la llamen a trabajar en la Isla, ella está abierta a la posibilidad y a dar lo mejor de sí.