La puesta en marcha de la Tarea Ordenamiento en Cuba, ha conllevado a una estrepitosa subida de los precios de todos los productos y servicios, aparejado a la acentuación de la crisis económica que viven los isleños. Al igual que otras provincias del país, Camagüey se suma no solo a una compleja situación sanitaria, sino también al profundo desabastecimiento de alimentos y de productos de primera necesidad.
La falta de artículos de aseo, medicamentos, etc., por poner ejemplos, ya le saca un comentario hasta los más conformistas, estresados por la imperiosa pobreza que se está experimentando. Al respecto se han publicado algunas de las opiniones de residentes en esta ciudad.
Mirna, una residente de la ciudad cabecera, declaró que solo pudo comprar un pote de queso crema a 500 CUP, luego de “zapatear” toda la calle República. Pudo conseguir “por la izquierda” un cartón de huevos a 300 CUP, después de un insistente regateo con el vendedor ambulante.
Cecilia otra habitante declaró que tenía 18.000 CUP guardados en el banco y ha tenido que gastar más de la mitad en el mes de enero para enfrentar las nuevas tarifas. Atestiguó que gastó 100 CUP en el café en grano, 35 en el de la bodega, 80 en la libra de pescado, 120 en la de cerdo, 25 en cada cabeza de ajo y 600 por un kilogramo de camarones.
Yayito dice haber gastado 800 CUP en un tubo de mortadella, y no compró el de jamón porque pedían entre 1.500 y 2.000 CUP. Entre su sueldo, el de su esposa y la chequera del suegro, deben sostener a tres niños y a dos impedidos físicos.
Otra ciudadana llamada Rosario, se quejó porque el arroz no baja de los 25 CUP, y no tiene calidad ninguna, las viandas y los granos también hay que resolverlos ilegalmente y a precios que quieran imponer los productores e intermediarios. La leche, el queso blanco, la carne de res y de ovejo, la gaceñiga, los dulces, etc, todo se ha encarecido desmedidamente.
La libreta como única opción, también flaquea a cada rato y el Estado se desentiende. La gente se está empezando a endeudar con tal de llegar a fin de mes, y la pobreza extrema (o como la llama el Gobierno: “vulnerabilidad”) se está propagando con rapidez por el territorio.
Richard y su familia la pasaron “de maravilla” en la pizzería de la Plaza del Gallo hasta que llegó la cuenta: 630 CUP por cuatro pizzas, dos lasañas y los refrescos de lata. En el mercado de la placita del reparto Previsora, Claudia tuvo que pagar 220 CUP por una col, dos calabazas y diez libras de yuca. La comida está cada vez más inasequible en los establecimientos, y el descontento popular se refleja en las decenas de quejas que aparecen en el Portal del Ciudadano.
Muchas instalaciones del estado habían depositado sus esperanzas en el ordenamiento económico, esperando se produjeran cambios positivos, sin embargo, una muestra de la realidad que atraviesan hoy son los restaurantes La Terraza, La Perla de Cuba, El Chorrito y La Criollita, que solo despachan alimentos para llevar, no están generando ninguna ganancia.
Varios mercados, entre los que se encuentran La Gran Antilla, La Rosa Roja y El Viajero, únicamente ofertan el kilogramo de hamburguesas a 190 pesos.
Las irregularidades de los listados de precios ocultados a la vista del cliente y la alteración de los mismos, sufriendo hasta tres variaciones en las tarifas en dicho período de tiempo, se evidencian en el trabajo de la Dirección de Supervisión y Control provincial que al inspeccionar 1.498 establecimientos impusieron 4.677 multas en el mes de enero, equivalentes a 82.400 pesos.