La cárcel estadounidense en la base naval de Guantánamo podría cerrar finalmente si la administración Biden logra su deseo antes de que termine su mandato.
A juicio de la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, el gobierno demócrata tiene esa meta entre sus planes, aunque la administración debe ocupar puestos clave en varias agencias federales para avanzar en ese propósito.
La cárcel fue inaugurada a inicios de 2002 para sospechosos de terrorismo, que está en territorio cubano en contra de la voluntad del gobierno.
Generó indignación mundial por las torturas y mutilaciones que allí ocurrieron y representó un símbolo del exceso de Washington en la respuesta al terrorismo.
Vino a perder atención de la opinión pública luego de que a Barack Obama le fuera imposible lograrlo, aún con 40 presos, debido a la actitud contraria de congresistas republicanos y de políticos conservadores norteamericanos.
Según la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Emily Horne, se está realizando un proceso en esa entidad para evaluar el estado actual de lo heredado por la administración de Biden del gobierno previo de Donald Trump, en línea con el objetivo más amplio de cerrar la cárcel.
Citada por medios de prensa, Horne precisó que el Consejo de Seguridad Nacional trabajará de forma estrecha con los departamentos de Defensa, Estado y Justicia para lograr progresos en dicho objetivo, y también mantendrá consultas estrechas con el Congreso.