Cuba cultiva mucho menos naranjas, limones, mandarinas y toronjas en los últimos años, y lo evidencia su escasez en los agromercados de la isla.
Según analiza la Agencia Cubana de Noticias, hace tres décadas el país registraba producciones que superaban el millón de toneladas de cítricos, y ahora los resultados son deprimentes.
De acuerdo con el Ministerio de la Agricultura, en 2020 el inventario de esos cultivos era de apenas 11 mil 907 hectáreas (ha), una cifra alarmante teniendo en cuenta que en 1990 el espacio total de cultivos superaba las 100 mil ha.
El país actualiza sus programas para el desarrollo de estas plantaciones y se han materializado asociaciones financieras con entidades foráneas. Aún así, aseguran que el éxito depende en gran medida del acceso a tecnologías de cultivo.
Especialistas del Grupo Empresarial Agrícola afirman que cada hectárea renovada requiere alrededor de cinco mil dólares para la compra de sistemas de riego y posturas certificadas.
Sin embargo, el Ministerio de Agricultura alertó recientemente sobre la dificultad para acceder a los recursos, que se agravó en el 2020 debido a los efectos de la pandemia de COVID-19.
La dura realidad es que los cubanos tienen menos posibilidades de contrar estos productos a precios asequibles, incluso cuando el gobierno ha establecido topes de precios.
Tanto es así que, al menos en La Habana, puedes encontrar la libra de limones a 60 pesos cubanos (~2.5 usd)