Cuba amaneció este martes con un Decreto-Ley que deja fuera a las remesas familiares y a las donaciones de su marco de cooperación internacional, a menos que las catástrofes como huracanes o tornados lo ameriten.
Entre las modalidades permitidas, el documento recoge la ayuda ante desastres o emergencias, con acciones para auxiliar a la población en situaciones excepcionales.
La cooperación que encuentra forma en esta normativa es aquella «sin condicionamientos económicos, políticos o sociales que impliquen injerencia en los asuntos internos» y «con estricto respeto a la autodeterminación, leyes, cultura, religión y costumbres del país que se beneficia».
La disposición aclara que las muestras comerciales, los bienes que se reciban de patrocinadores con fines promocionales, las donaciones entre personas naturales o jurídicas cubanas y las remesas no se consideran cooperación recibida.
The Havana Consulting Group apunta que las remesas, horcón de la familia cubana, se estimaron en 2019 en unos 3 mil 171 millones de dólares y en mercancías llegó a los 2.900 millones dólares, lo que supone el sector más dinámico de la economía cubana.
En tanto, la agencia EFE estima más de 240 mil transacciones mensuales entre Cuba y Estados Unidos mediante la paralizada Western Unión, para un monto anual de alrededor de los 900 a los mil 500 millones de dólares.