Miguel Díaz-Canel fue propuesto ayer miércoles como candidato único para suceder a Raúl Castro en la presidencia de Cuba. La elección se formalizó hoy jueves frente a los 605 diputados, todos oficialistas, de la Asamblea Nacional.
La fecha es simbólica: corresponde al 57º aniversario de la victoria en Bahía de Cochinos, cuando fueron derrotadas las tropas anticastristas, preparadas y financiadas por Estados Unidos en 1961.
Tras el triunfo de la revolución en 1959 y la elección de Fidel Castro como presidente en 1976, Cuba solo ha tenido una transición real, cuando en 2006 el anciano líder enfermó y le pasó el mando a su hermano menor. Fidel murió a fines de 2016 y ahora es Raúl, de 86 años, quien cederá su asiento a Díaz-Canel, de 57 años, su primer vicepresidente en el último lustro.
Pero todo pinta que el de Díaz-Canel será un gobierno tutelado, al menos en una primera etapa, por la vieja guardia, que desde la cúpula del Partido Comunista de Cuba (PCC) seguirá manejando los hilos del poder. De hecho, Raúl se baja de la presidencia del Consejo de Estado pero seguirá al frente del PCC hasta 2021.
Díaz-Canel era por lejos la apuesta más segura para suceder a la histórica generación que derrotó a la dictadura de Fulgencio Batista. El próximo presidente se ha mostrado más en sintonía con los tiempos que corren, pero no alimenta demasiadas esperanzas de generar un cambio político profundo en Cuba.
Muchos cubanos, frustrados por el lento ritmo de la mejora económica con Raúl Castro, esperan de Díaz-Canel un golpe de timón. Sin embargo, el nuevo presidente será probablemente cauto, al menos al principio, para consolidar su apoyo entre los conservadores de la vieja guardia.
Ayer miércoles la Asamblea Nacional también anunció la candidatura de Salvador Valdés Mesa (72) para ocupar el cargo de primer vicepresidente de Díaz-Canel.
Entre los cinco vicepresidentes del Consejo de Estado propuestos por la Asamblea está Ramiro Valdés (85), uno de los comandantes que acompañaron a Fidel en su alzamiento contra Batista.
La Asamblea también ratificó a Esteban Lazo (74) como su presidente, un cargo que había asumido en 2013. Lazo, miembro del poderoso Buró Político del PCC, ha sido uno de los pocos negros con alto perfil en el régimen durante décadas.
Raúl generó un cambio radical al descongelar las relaciones con Estados Unidos, y al realizar cautelosas reformas de mercado a una de las últimas economías de estilo soviético.
Pero ahora sin la ayuda de Venezuela hundida en su propio pozo y las relaciones con Estados Unidos tensas bajo la presidencia de Donald Trump, algunos cubanos son pesimistas sobre la posibilidad de una mejora en sus vidas y se sienten inquietos por lo que está por venir.
«El futuro nuestro ni lo sabemos ahora mismo», dijo Adriana Valdivia, de 45 años y profesora en La Habana. «Termina Raúl y Fidel es historia».
«No veo una salida para que los cubanos mejoren. Los salarios son los mismos y no alcanzan. Y ahora Trump aprieta tuercas con el bloqueo, imagínese», agregó Valdivia, quien gana alrededor de 24 dólares por mes.
¿Nuevas ideas?
Si bien la Asamblea promovió un liderazgo más joven, Castro y otros líderes de la revolución retendrán el poder a través de su control sobre el PCC.
«Cuba está cambiando, pero no espero cambios dramáticos mientras los líderes revolucionarios sigan ocupando puestos clave en el gobierno», dijo el senador estadounidense Patrick Leahy, quien se reunió con Castro y Díaz-Canel. «Después de eso, una nueva generación puede tener otras ideas», agregó.
Se espera que el canciller Bruno Rodríguez (60), obtenga un rol de alto rango en el nuevo gobierno, después de ayudar a avivar la distensión con Estados Unidos y renovar el desafío tradicional de Cuba luego de que Trump congelara las relaciones. Mercedes López Acea, la jefa de 53 años del PCC en La Habana, también asumiría un rol más importante.
Es improbable que Díaz-Canel ponga en juego el gobierno de partido único y muchos cubanos se sienten distantes de la política y prefieren centrarse en llegar a fin de mes con las limitadas oportunidades económicas que se abrieron cuando Raúl permitió crear más empresas pequeñas en los últimos años.
«Un factor a considerar es si (Díaz-Canel) puede resistir la presión de este cargo», consideró Paul Webster Hare, ex embajador británico en Cuba.
Ni Fidel ni Raúl tuvieron que justificar su posición pues ganaron la revolución, «pero no crearon un modelo democrático que impulse un cambio. Esa es la razón principal por la que Díaz-Canel se enfrenta a una tarea difícil «, agregó.
«Díaz-Canel me impresiona un poquito, por su parecido al actor estadounidense (Richard Gere), por su estatura, sus canas (ríe), no se puede negar que es un hombre interesante», dice Yani Pulido, 27 años, mesera en una cafetería de La Habana Vieja. «Si lo comparamos con Fidel, y es difícil no hacerlo, se queda corto. Pero dicen que está muy preparado y lleva varios años ocupando cargos de responsabilidad», agrega.
Cuba, un país «seguro, estable y saludable»
Cuba defendió ayer miércoles que es un país «seguro, estable y saludable» en respuesta a la decisión de Canadá de retirar a todos los familiares de sus diplomáticos por las misteriosas lesiones que han sufrido al menos diez canadienses que residían en La Habana.
Las misteriosas lesiones primero fueron descubiertas en diplomáticos estadounidenses y sus familiares en 2017, afectados por lo que en un principio fue calificado como un «ataque sónico».
Con información de EL País