A solo cuatro días del primer aniversario de las históricas protestas antigubernamentales del 11 de julio de 2021, que Cubadebate insiste en llamar «disturbios», este medio de prensa reproduce un texto publicado orifinalmente en el diario La Jornada, y en el que alardea ahora de no haberse gestado lo que se esperaba entonces: «ni se han producido las réplicas del 11 de julio, ni el gobierno de Miguel Díaz-Canel da señales de agotamiento como vaticinaron los agoreros del Norte».
El artículo, firmado por la periodista Rosa Miriam Elizalde, retoma la idea de que las plataformas estadounidenses tienen una elevada responsabilidad en aquellos acontecimientos.
«Fueron más allá del intento insidioso de dividir a la gente, que ya casi nadie pone en dudas cuando se habla de redes sociales», argumenta Elizalde, mientras asegura que «la complicidad de Facebook (ahora Meta), Google y Twitter no solo se ha expresado hasta hoy en términos de permisibilidad del discurso de odio cuando se trata del gobierno de La Habana».
Para dotar de peso esta idea, la también vicepresidenta de la Unión de Periodistas de Cuba pone de ejemplo al periodista Alan MacLeod, de MintPress News, quien se infiltró en uno de los grupos privados de Facebook que organizaron las protestas de hace un año, y quien «documentó la participación de ciudadanos extranjeros en las supuestas comunidades locales online que incitaron las protestas».
De acuerdo con Rosa Miriam, la investigación de MacLeod demostró que ciudadanos estadounidenses intervinieron «en los asuntos internos de Cuba, a un nivel que difícilmente puede concebirse en los Estados Unidos, e incluso los defensores más firmes del RussiaGate se abstienen de afirmar que los rusos planearon directamente las protestas de George Floyd o la insurrección del 6 de enero» de 2021 en Washington.