Este miércoles la Casa Blanca dio a conocer que Estados Unidos iniciará en los próximos días a procesar los casos de las personas retenidas en el campamento de migrantes de Matamoros, México, en la frontera con Texas.
Esa instalación alberga a unos mil migrantes, la mayoría de ellos procedentes de Cuba, Venezuela, Honduras y El Salvador, que esperan se les conceda refugio al otro lado del límite fronterizo.
Estos migrantes centroamericanos han soportado en las últimas jornadas temperaturas gélidas en tiendas de campaña precarias durante la tormenta que sufrió esa zona.
El albergue se vio afectado por el clima extremo del norte de México, situación que da prioridad en atender las necesidades humanitarias en esa instalación.
El anuncio se produjo después que esa agencia federal cancelara abruptamente el lunes pasado los planes para llevar a los solicitantes de asilo a Texas.
De acuerdo con esa agencia federal, en las instalaciones habilitadas al efecto en territorio estadounidense habrá un estricto cumplimiento de los protocolos de salud y seguridad, incluidas las pruebas para detectar la Covid-19.
Algunos han permanecido más de un año en esos campamentos bajo el controvertido programa conocido como Protocolos de Protección de Migrantes (MPP) durante la presidencia de Donald Trump, según el cual los solicitantes de asilo deben esperar en México el inicio de sus audiencias en Estados Unidos.
La Casa Blanca había previsto comenzar a partir del 19 de febrero la primera fase para la admisión de unos 25 mil solicitantes de asilo hasta ahora obligados a permanecer en suelo mexicano, pero el lunes el DHS canceló abruptamente el proceso.
En ese contexto, las autoridades estadounidenses advirtieron que ‘quienes no sean candidatos para esta fase del programa no deben viajar a la frontera’, ya que la administración Biden intenta evitar una oleada de migrantes, tras la ofensiva contra la inmigración desarrollada por el gobierno de Trump.
En tanto, el DHS alerta que ‘las personas no deben creer a los contrabandistas que afirman que la frontera está abierta. La administración hará cumplir las leyes de inmigración existentes’.
