Funcionarios de EE.UU. y de Cuba se reunieron hoy en la sede en Washington del Departamento de Estado para conversar sobre los supuestos «ataques» que dañaron la salud de 26 empleados de la embajada estadounidense en La Habana entre noviembre de 2016 y agosto de 2017.
En una rueda de prensa, la portavoz de la diplomacia estadounidense, Heather Nauert, informó de que el objetivo del encuentro era «compartir información» con el Ejecutivo cubano sobre los «problemas médicos» que sufrieron los estadounidenses, que llegaron a manifestar síntomas similares a los de la conmoción cerebral.