Entre los productos de primera necesidad que más escasean en estos momentos en Cuba, se encuentra el aceite para cocinar, una mercancía altamente demandada e imprescindible en el día a día en la cocina del cubano.
En la ciudad de Santiago de Cuba, por ejemplo, ante el desabastecimiento de las tiendas Panamericanas y TRD que se hallan sin aceite a la venta o en los inventarios, en solo unas semanas, el precio de una botella en el mercado negro pasó de 200 Pesos Cubanos (CUP) a 400 CUP; si aparece el producto.
Mientras que, en la provincia de Bayamo, el galón de 5 litros de aceite que hasta hace solo un mes costaba 1.000 CUP, ahora cuesta 2.000, y cuesta encontrarlo de contrabando. Muchos residentes de esta provincia oriental, históricamente unas de las más afectadas con las crisis económicas, resuelven este déficit utilizando viejos trucos como el de la manteca de coco, pues ya ni la de puerco aparece.
A la mayoría de cubanos solo les queda la alternativa de ajustarse al aceite normado que se distribuye en todo el país a través de la libreta de abastecimiento, y cuando este se agote comer hervido.

El aceite de oliva ya cuesta lo que los vendedores pidan y en las tiendas en Moneda Libremente Convertible (MLC), donde único aparecen, hay límites de compra por lo que los pacientes con síndrome nefrótico (un trastorno renal que se trata con la consumición regular de aceite de oliva), la severa escasez de estos productos alimenticios les podría costar la vida.
E pasado 7 de junio, el periódico Granma, avisaba que la Empresa Refinadora de Aceite Comestible (ERASOL), única de su tipo en la isla y con sede en Santiago de Cuba, paralizaría su producción, una vez más, por “demoras en el arribo de la materia prima y reparaciones técnicas”.
Y aunque, aseguraba que la interrupción de las operaciones productivas no afectaría “la distribución de aceite de la canasta básica”, los habitantes de las provincias orientales se alarmaron pues la norma establecida no alcanza y con la drástica caída de la venta de aceite liberado, es sabido que el mercado negro dispara sus precios aceleradamente.
