El uso de la mascarilla o nasobuco en Cuba podría llegar a su fin próximamente, y así sería anunciado el próximo viernes 27 de mayo por el gobierno de la isla.
Un indicio de que la Covid-19 ya no es una piedra en el zapato para las autoridades fue el cese definitivo el pasado lunes de la comparecencia en televisión del epidemiólogo Francisco Durán García, que durante dos años mantuvo actualizados a los cubanos.
Aunque el especialista dijo –sobre la mascarilla– que se mantiene como una necesidad y que «en su momento se dirá cuando se considere que no es necesario seguirlo utilizando», todo parece indicar que se trata de una fecha muy cercana.
De momento, el país mantiene por ocho semanas consecutivas el descenso de casos positivos a la Covid-19, lo que las autoridades sanitarias describen como uno de los mejores escenarios epidemiológicos asociados a la enfermedad.
En reunión gubernamental se supo que en el mes de mayo solo han fallecido dos personas como consecuencia de la enfermedad, ninguna de ellas en los últimos 12 días, y este martes apenas se reportaba en unidades de cuidados intensivos un paciente en estado grave, ninguno en la condición de crítico.
En dicha reunión se expuso que, al cierre de la última semana, el diagnóstico de casos descendió en un 36 por ciento respecto a los anteriores siete días: con excepción de Las Tunas, Guantánamo y Sancti Spíritus, todas las provincias y el municipio especial Isla de la Juventud disminuyeron las cifras.
Mayo tiene a La Habana, Camagüey, Artemisa, Villa Clara y el municipio especial Isla de la Juventud como los territorios con los niveles de transmisión más elevados.
Hoy el Ministerio de Salud Pública notificó 44 personas positivas a la Covid-19 y ninguna falleció a consecuencia de la pandemia.