El diario Granma publicó hoy un breve texto en respuesta a las críticas y opiniones sobre la calidad del hormigón, la seguridad y la salud del trabajo en el Hotel K23 que se está construyendo en la céntrica avenida de K y 23, en el capitalino Vedado.
«El hormigón vertido en la obra supera la resistencia de 50 MPa y las dosificaciones utilizadas están avaladas por laboratorios nacionales y reconocidas instituciones internacionales», dice al órgano oficial Alejandro Manuel Silva González, uno de los ingenieros que forma parte del equipo que ha elaborado en el proyecto de estructura del hotel.
Silva González expicó que «el control de la calidad es riguroso y constante, aplicándose lo establecido en las normas cubanas y extranjeras. La diferencia de color entre los elementos se debe a la aplicación de diversas fórmulas y aditivos, todas aprobadas y validadas».
En otras ocasiones, Silva González había abordado cuestiones asociadas a la seguridad en el trabajo del K23 para aclarar inquietudes en torno al levantamiento de lo que pudiera llegar a ser el hotel más alto de Cuba.
Pero esta nota del Granma responde directamente a la última de las polémicas sobre la construcción de la instalación turística, iniciada por el ingeniero Rafael Muñoz en un texto que tituló «Al trozo modo».
«Como arquitecto, no me queda más remedio que señalar los puntos oscuros de esta construcción», inició Muñoz la crítica en su muro de Facebook.
El arquitexto observa un gran parche sobre la viga en el tercer nivel, en la superficie del hormigón recién vertido, además de una sucesión de «puntos oscuros que contrastan sobre el hormigón más claro en la pared más cercana en la foto».
«No, eso no es una obra de arte sino ‘cucarachas’, lugares a los que por falta de vibración, la masa de hormigón no llegó y quedaron oquedades en su superficie», manifestó Muñoz.
«La torre se eleva y hay una clara división en la pared de la fachada. Esto no es un problema en sí, si se hace bien. Doy por sentado que han hecho lo correcto, sellado la junta y siguieron creciendo. De todos modos, a simple vista la calidad de terminación de la superficie de esa pared ciega no es buena. Las luces y las sombras en una pared vertical son siempre señal de que algo mal hecho. Ya dirá alguien que va a ser revestida y no se ve, pero no deja de ser una mala calidad del vertido, un hacer las cosas ‘al trozo modo'», añadió.