La esquina caliente
No es un secreto para nadie lo apasionado que suelen ser los cubanos. Ciertamente existe un alto nivel de instrucción y de información, pero de ahí a discutir de cualquier tema como si fuésemos especialistas, va un trecho largo.
Tal es el afán de discutir y hacer debates que existen reuniones donde concurren gran cantidad de fanáticos para hablar por ejemplo de béisbol, no importa que su equipo de preferencia esté perdiendo en la serie nacional, es sin dudas el mejor, y voz en pecho, arterias dilatadas, ojos y rostros enrojecidos en medio de una gran algarabía, se forma «La esquina caliente», una de las más famosas es la que recuerdo haber visto en el Parque Central, sitio muy concurrido en el corazón de la capital.
Pero en cualquier sitio, en una parada de guaguas( transporte urbano colectivo), en una cola, en la bodega o la peluquería, por mencionar algunos, no solo se habla de «pelota», nuestro deporte nacional, puede encontrar también a alguien que le de consejos, recomendaciones y hasta le sugiera algún medicamento para cualquier dolencia. Hay quienes desde su incompetencia defienden a ultranza su competencia en determinadas esferas, así puede haber alguno que molesto por los exitos alcanzados por su vecino, arremete con críticas y busca argumentos para desvirtuarlo porque el es el mejor.
A pesar de todo esto, le aseguro que los cubanos y las cubanas somos muy chéveres, gentes solidarias, amistosas, carismáticas, emprendedoras, los mejores del mundo debatiendo y armando una esquina caliente en cualquier sitio.
Autor: Maritza Hernández Álvarez