En Cuba, desde el día 6 de febrero, es de obligatorio cumplimiento como parte del protocolo higiénico-sanitario establecido, que todos los viajeros que arriben al país por el Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana cumplan un período de confinamiento preventivo.
El estado cubano ha habilitado centros de aislamiento con este fin. Al arribar a territorio nacional, inmediatamente los viajeros cumplirán el aislamiento que durará hasta que los dos exámenes PCR realizados en Cuba, den resultados negativos. Los pasajeros se clasifican por categorías, en dependencia de su naturaleza, para identificar en qué tipo de centro de aislamiento estatal deberán alojarse.
Los ciudadanos extranjeros y cubanos residentes permanentemente en el exterior cumplen con la cuarentena en hoteles, asumiendo todos los gastos de estancia, transportación y prestaciones sanitarias (puesto que no tienen acceso al sistema de Salud Pública cubano); y los nacionales que regresan a la isla pasan la cuarentena en centros de menor confort y de forma totalmente gratuita. Los cubanos con residencia permanente en la isla también pueden optar por la alternativa de los hoteles si lo desean, cargando con las respectivas cuotas.
Están determinados también como requisitos obligatorios para ingresar a Cuba, la presentación del resultado de una prueba PCR negativa con no más de 72 horas de antelación al viaje y un formulario de sanidad entregado por la aerolínea.
El protocolo dicta que todos los pasajeros pasarán por tres líneas de control:
Primera: Verificar con el capitán de la aeronave que todos los viajeros llevan consigo ambos documentos y que no se dio ninguna incidencia sanitaria durante el vuelo
Segunda: Pasar por los escáneres de temperatura. En esta línea de vigilancia, se entregan los documentos precisados, se realiza el primer examen PCR y se indica a qué centro de aislamiento se dirigirá el pasajero.
Tercera: Realizar una segunda toma de temperatura, donde se ubica un conjunto de especialistas que iniciarán el proceso de vigilancia epidemiológica de los visitantes, hasta que termine el período de aislamiento.
Cunado en alguno de los puntos de control sea identificado un pasajero con algún síntoma asociado al coronavirus, el mismo será trasladado a una sala de aislamiento temporal en la misma terminal, luego realizarle una prueba rápida, y si resulta positiva, se procede entonces al traslado inmediato del pasajero hacia un hospital donde será ingresado.
Para finalizar el aislamiento se deberá contar con el resultado negativo de la prueba de PCR que se realiza en el quinto día del aislamiento; no obstante, en varias ocasiones las demoras han superado ese plazo provocando numerosas denuncias a través de redes sociales, el propio presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel admitió que esta situación había causado que visitantes regresarán a sus países de origen sin aun conocer el resultado de la segunda prueba.
La Dirección de Identificación, Inmigración y Extranjería, del Ministerio del Interior, informó este martes en su sitio web oficial, que los vuelos chárteres o humanitarios que operan desde el pasado 4 de febrero están destinados para la evacuación de extranjeros y cubanos residentes en el exterior que se encuentran varados en el territorio nacional, pues la reducción de vuelos fue otra medida impulsada por el Gobierno cubano como parte del protocolo sanitario.
La nota publicada aclara también, que no existe regulación ni limitante alguna para la salida del país de los cubanos residentes en el territorio nacional, pero los billetes deben ser tramitados a través de las líneas aéreas en vuelos regulares.
