La comparecencia del gobernante cubano Miguel Díaz-Canel la noche de este jueves para explicar la situación energética que mantiene al país en constantes apagones, tuvo un condimento que nadie pasó por alto: el momento en que el comandante Ramiro Valdés mandó a callar al presidente.
Valdés soltaba la perorata del sacrificio del pueblo cubano y de la gestión del gobierno para resolver los problemas, cuando Díaz-Canel le interrumpió para precisar una cifra, y el añejo militar levantó su mano para que este se callara y le dejara continuar.
Díaz-Canel reaccionó reclinándose en su sillón mientras sonreía, pero el instante dio la idea definitiva del peso que todavía conservan los veteranos de la Revolución cubana dentro del poder en la isla.
El añejo militar hizo un llamado al ahorro y al apoyo en esta tarea de las organizaciones políticas y de masas, fundamentalmente los Comités de Defensa de la Revolución.
“Hemos trabajado en la oferta, pero también debemos cuidar la demanda, un tema que hemos estado revisando en los consejos energéticos provinciales”, agregó Ramiro.
“Nuestro pueblo es eminentemente revolucionario, con capacidad de sacrificio y voluntad de hacer”, dijo al pedir más «conciencia» y enfatizar en la importancia de ahorrar en los hogares y centros de trabajo.
Cuba sufre una compleja situación electroenergética, con averías en varias termoeléctricas y déficits diarios en la generación. Díaz-Canel informó sobre un convenio que permitirá acometer inversiones en varios bloques de generación, lo que aportará más estabilidad al sistema.