Cuantas veces encontramos a los más jovencitos (o ya no tan jovencitos) jugando con un teléfono en un parque durante horas interminables, o dando centrifugadas vueltas alrededor de una glorieta cual jinetes incansables de vertiginosas ruedas. Patines, patinetas, que más da el término?. Cuántas veces topamos con jóvenes que ocupan las paredes y los espacios esgrimiendo una lata de pintura enlatada, pretextando hacer un graffiti. Saben en realidad qué es un graffiti? Donde surgió? Cuántos de ellos saben quiénes fueron, por ejemplo: Basquiat, Warhool, Gauguin, Goya, Cezanne, Kandinsky, Delacroix…?. La lista sería interminable.
Lejos de ser esta una reflexión crítica al espontáneo y necesario arte urbano o a las emergentes formas de entretenimiento y alternativas de la práctica deportiva, cabria preguntarnos: qué cosas son consideradas actualmente un hobby ?. Todos los seres humanos, o al menos una buena parte de ellos, tienen un hobby, una elección personal sobre cómo emplear el tiempo de forma satisfactoria, entretenida y que responde siempre a una preferencia individual. Pero, a cuántas cosas les estamos llamando hobby en nuestros días que no lo son según los patrones históricos?
Cuando eramos pequeños, cualquier ejercicio físico era llamado deporte, y tenía un beneficio directo sobre la salud de la persona que lo practicaba. Pululaban los videos de aerobics (todo un boom en los 80). Se abrieron muchos gimnasios. Las personas tomaron el hábito de una caminata matutina, o de unas cuantas tandas de planchas y abdominales antes del baño diario. Todo en pos de una mejor salud, sin descuidar otras tareas. Pues en efecto, el hobby es un tiempo que nos dedicamos para desarrollar determinada o determinadas actividades gratificantes a nivel personal, muy vinculadas a nuestros gustos…sin desatender nuestros estudios, o nuestro trabajo, o nuestra familia. El punto es, no nos engañemos, que si alguien dedica, pongamos por caso, la mitad del sábado, en dejar pasar las horas conversando en una esquina, o atado a un Xbox de manera permanente, o fumando, no tiene un hobby, tiene un montón de ratos necios.
Esos ratos donde no aprendemos nada, donde «gastamos» tiempo en ocupaciones banales, vacías, que no nos aportan nada. No hacemos nada por nosotros mismos ni por nuestra comunidad cuando malogramos los minutos y las horas en momentos futiles. Mas que una forma de pasar el tiempo, el hobby nos libera de las tensiones diarias, nos transporta a un universo propio, cómodo, placentero, liberador. Cultivemos el buen sentir. Trabajemos más por una vida próspera en todas sus aristas. La lectura, el deporte, el cuidado de mascotas y de plantas, la filatelia y otras formas de colección, la investigación, el estudio, la práctica de ajedrez, el cultivo de las artes todas, que no hay ninguna pequeña ni hay una primero que otra, nos pueden aportar mucho. Todo ello está esperandonos para hacernos mejores seres humanos, entreguemos siempre nuestro tiempo a lo que nos mejore. La vida es un regalo, abramoslo para disfrutarlo en toda su magnitud. Dediquemonos a regalarnos un tiempo de calidad, no llenemos nuestra existencia de ratos necios.
Autor: Fanny Laferté Zarza