Bob Menéndez, nuevo presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, representa un obstáculo para una flexibilización de las relaciones entre el gobierno de Biden y La Habana, sobre todo porque fue uno de los principales críticos, dentro del partido demócrata, al acercamiento entre las dos naciones promovido por Obama. Así lo ve el principal diario del Partido en Cuba.
Pese a que 80 congresistas demócratas, autoridades de más de 15 ciudades, religiosos, académicos solicitan a Biden la normalización de relaciones entre los dos países, Menéndez exigió al mandatario que se fije primero en el panorama de los derechos humanos y las libertades políticas en Cuba.
Hay analistas que ven a Menéndez más hacia el lado de Trump que del actual presidente norteamericano, algo que es evidente por su apoyo al recrudecimiento del bloqueo a la isla.
Al parecer, no hay quien le toque a Menénedez los temas Cuba e Irán. No es gratis que se le llame «el más republicano de los demócratas», a quien el periódico Granma atribuye junto a Marco Rubio muchas «iniciativas» contra el país caribeño.
Ya en Cuba va pareciendo que «luego de varias semanas de gobierno del demócrata Biden, aún no se aprecia un movimiento de la Casa Blanca hacia La Habana», según Prensa Latina.
Todo se encuentra en un proceso de ‘revisión’, de acuerdo con las declaraciones de la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki.
Lo que se respira en el ambiente da más a entender que Cuba no está en las prioridades de la actual administración, pese a que se rumora que muy pronto será nombrada la nueva embajadora de la isla en Washington, paso que podría poner en marcha el acercamiento esperado.
La guerra desatada recientemente en el plano cultural entre las dos orillas ha avivado los obstáculos para que ambas naciones dialoguen, según algunos funcionarios cubanos.
Para Abel Prieto, antiguo ministro de Cultura y asesor de Raúl Castro, la canción ‘Patria y vida’ «reafirma uno de los deseos de los enemigos de la Revolución: que la acción de los movimientos subversivos se mantenga viva y adquiera cierta credibilidad o legitimidad en el pueblo’.
Prieto la considera «una estrategia asociada al cambio de mandato en Estados Unidos y al temor de los grupos más extremos de la Florida a una transformación en la política bilateral».