Ante la desesperación por captar la divisa que no estaban ingresando, el estado cubano ofreció comprarlas fijando una tasa superior o casi similar al precio que se manejaba hasta ese momento en el mercado negro.
Sin embargo, como muchos avizoraron aparejado a la medida lejos de bajar se produjo un aumento de los costos de todas las divisas que canjean dichos mercaderes.
A través de sus bancos y casas de cambio se inició ofertando el dólar a la población a un precio de referencia de 120 pesos, disparándose automáticamente el valor de este, del euro y el MLC en el mercado informal en la isla.
El euro y el dólar amanecieron hoy cotizándose en 148 pesos cubanos, mientras la Moneda Libremente Convertible (MLC) quedaba apenas rezagada por 1 peso, cotizándose en 147 CUP.
El propio ministro de Economía y Planificación Alejandro Gil Fernández en su intervención en la Mesa Redonda afirmaba que «la demanda de comprar divisas es superior a la oferta»; entonces, la lógica ya indicaba que, al carecer de una vía legal para obtenerlas, las personas seguirán comprándolas al precio que se oferte en el mercado informal.