La descomunal actuación de Las Tunas en la 57 Serie Nacional ha sido la suma de muchos poquitos, el engranaje perfecto de cada pequeña pieza en este mecanismo de relojería que han conseguido Pablo Alberto Civil y su colectivo técnico.
Si ya en la primera etapa llamó la atención el juego desplegado por los tuneros, a lo largo del segmento élite de la temporada la sorpresa se ha convertido en innegable realidad, justo cuando la exigencia y la calidad se elevan. Se ha convertido en costumbre que los vestidos de verde y rojo aprovechen el más mínimo error del contrario, conecten hacia las zonas del terreno que exige cada situación táctica del juego, produzcan carreras con extrema facilidad, defiendan de manera hermética y lancen con una efectividad imposible de prever hace una década.