Una diferencia salva a los cubanos y que no pasa con los venezolanos, nicaragüenses y haitianos dentro de la nueva política migratoria anunciada por Joe Biden el pasado 5 de enero: la Lay de Ajuste Cubano.
Aunque el parole concedido para los nacionales de estos cuatro países está determinado por un tiempo de dos años en Estados Unidos –permiso de trabajo incluido–, solo los cubanos podrían ajustar su estatus migratorio en ese país y establecerse allí, el resto tiene que regresar a sus países.
Ahora ¿está en peligro la Ley de Ajuste Cubano? ¿Biden puede desestimar su uso? A estas interrogantes responde el abogado cubano José Pertierra en una entrevista concedida a la revista Temas.
«Si el gobierno de Biden decide que no le conviene la Ley de Ajuste, digamos, por razones de seguridad nacional o para controlar con más eficiencia el flujo migratorio de cubanos, el Ejecutivo tiene la potestad jurídica para cerrar esa vía hacia la residencia. Sin necesidad de acudir al Congreso», explica Pertierra al periodista Rafael Hernández.
El jurista precisa que la Ley de Ajuste Cubano es discrecional. «Es decir, Inmigración no está obligado a aprobarle la residencia a los que la piden.
Vale resaltar que La ley de Ajuste Cubano (Public Law 89-732) posibilita que cualquier cubano que haya ingresado a los Estados Unidos con visa o con parole, pueda recibir la residencia permanente, toda vez que haya estado físicamente presente en el país por más de un año y un día.
El pasado 5 de enero, el presidente Biden anunció la extensión de un programa de permiso humanitario para personas Cuba, Nicaragua y Haití que tengan un patrocinador radicado en Estados Unidos y la documentación adecuada.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) anunció que admitirá a 30.000 personas de estos cuatro países al mes.
Alrededor de 300.000 cubanos han ingresado a Estados Unidos en apenas 15 meses de manera irregular, por la frontera de México.
