En Cuba, sus habitantes gustan en demasía del chocolate que se produce en la Isla y el foráneo claro está. El chocolate cubano está a la altura de cualquier otro del mundo, pero no cuenta con suficiente accesibilidad en el mercado.
La sorpresa es que para la segunda mitad de 2019, la Mayor de las Antillas contará con una nueva fábrica de Nestlé que ayudará a sustituir importaciones con productos locales y suplir la creciente demanda del turismo.
La entidad producirá café, galletas y productos de cocina. Señoras y señores, Nestlé está próxima a llegar a un acuerdo con los cubanos para crear un nuevo emprendimiento conjunto y levantar la fábrica de entre 50 y 60 millones de dólares.
Ya el país contaba con una empresa mixta productora de helados y otra de botellas de agua y bebidas, cuyo contrato fue renovado por 20 años más. El jefe de la División para América de Nestlé visitó la Isla para negociar la nueva inversión en la Zona Especial de Desarrollo del Mariel, al oeste de la capital cubana.
Nestlé también importa productos culinarios para vender en las tiendas estatales cubanas.
La primera fábrica cubana de chocolate se fundó en Santiago de Cuba a principios del siglo XX, con el nombre de La India; más tarde surgieron La Española, Baguer, La Estrella y Armada.
La noticia de barras de chocolate y bombones revelaba la colocación de chocolaterías francesas en Santiago de Cuba, mientras en la capital, el establecimiento La Dominica, ubicado en la esquina de las calles O’Reilly y Mercaderes, se hizo famoso por sus exquisiteces a base de frutas cubanas. Aunque es la degustación del chocolate su uso más reconocido, la manteca de cacao sirvió como combustible para el alumbrado doméstico; en las farmacias, para preparar pomadas y en perfumería, para la elaboración de cosméticos y jabones.
