Ciertamente los criollos estamos repartidos por todo el orbe. Si alguien sabe mejor de solidaridad e intercambio entre culturas, es el nacido en Cuba. No la piensa para repartir su alegría, cubanía, musicalidad y carisma por cualquier lugar del mundo.
Tanto así, que una cubana, por si no lo sabías, ha conquistado a Europa. Se trata nada más y nada menos que de María Teresa Mestre, Gran Duquesa de Luxemburgo desde hace 15 años.
Mucho antes de que la argentina Máxima Zorriegueta conquistara a un príncipe holandés y arrasase con su carisma y simpatía, o que la periodista divorciada Letizia Ortiz se convirtiera en reina de España, hubo una plebeya, de origen latino, cubana, que robó el corazón de un heredero de un pequeñísimo país europeo.
Y es que detrás de las grandes cosas no solo hay mujeres, sino mujeres cubanas. En unos meses cumplirá 60 años orgullosa de haber formado un sólido matrimonio, una gran familia y representar a la máxima institución de uno de los países más ricos e importantes de Europa.
Sin embargo, ser la actual inquilina del Castillo de Berg no ha sido, precisamente, un camino de rosas. Durante su juventud, y antes de pertenecer a la realeza, la joven María Teresa tuvo varios periplos hasta convertirse en la soberana de Luxemburgo. ¿Quieres saber?
Nació en Mariano, municipio habanero, el 22 de marzo de 1956. Hija de una familia acomodada de la alta burguesía cubana con orígenes aristocráticos españoles.
Todo les iba bien hasta que la revolución de 1959 hizo que la familia tuviera que salir precipitadamente de la Isla rumbo a Estados Unidos. La Gran Duquesa tenía tan solo 3 años cuando sus padres decidieron probar suerte en Nueva York.
Años más tarde, se trasladaría a la provincia española de Santander, donde su familia tenía propiedades. Su paso por España fue fugaz y finalmente los Mestre se instalaron, como muchas familias ricas exiliadas, en Suiza.
La adolescencia de su Alteza Real estuvo marcada por el ambiente de los mejores centros escolares donde compartía con aristócratas o hijos de banqueros y empresarios. Fue durante su paso por la Universidad, donde se graduó en Ciencias Políticas, conoció a Enrique de Clairvaux, apellido ficticio que usó el Gran Duque Heredero de Luxemburgo para pasar desapercibido en sus años universitarios. Desde que se conocieron jamás han vuelto a separarse.
Fruto de su matrimonio nacieron cinco hijos: el príncipe Guillermo, actual Gran Duque heredero, el príncipe Félix, el príncipe Luis, la princesa Alexandra y el príncipe Sebastián.
María Teresa confesó la mala relación que tenía con la madre de su marido. Su suegra nunca le perdonó su origen cubano y su pasado plebeyo. De hecho, en palacio era conocida como “la criolla”.