De acuerdo a una publicación de esta semana en la Gaceta Oficial de la República de Cuba se puede estimar que el Gobierno cubano intentará retomar el servicio de remesas a través de la Western Union desde Estados Unidos a la Isla.
El Banco Central de Cuba cambió los términos de la licencia operativa de FINCIMEX, por lo que la misma a partir de ahora tendrá autorización para “desarrollar todas aquellas actividades previstas para las instituciones financieras no bancarias de acuerdo con lo establecido en el artículo 14 del Decreto-Ley No. 362 y que sean compatibles con su objeto social”.
De esta forma evita las sanciones del Departamento del Tesoro estadounidense impuestas por la administración del presidente Donald Trump, pues este Decreto-Ley define que FINCIMEX puede realizar todo tipo de operaciones financieras no bancarias, con excepción de la captación de depósitos.
Quedando FINCIMEX fuera del juego, el Banco Central de Cuba autorizó a la institución financiera no bancaria cubana Servicios de Pago Red S.A. (REDSA), la modificación de su licencia operativa, incluyendo entre sus actividades desde ahora “la gestión y trámite de remesas familiares desde el extranjero hacia Cuba”.
En la Gaceta Oficial de la República, se expone que, “REDSA dispone de un plazo de treinta días hábiles partir de la notificación de la presente Resolución, para efectuar todos los trámites legales que procedan y adecuar su documentación legal a lo que en esta nueva licencia se autoriza”.
REDSA es la institución encargada de la administración de la red de cajeros automáticos de Cuba y personalización de tarjetas plásticas RED y matriciales bajo la marca RED, según han dado a conocer varios sitios web cubanos.
El Gobierno de los Estados Unidos, había sugerido en varias ocasiones en las últimas semanas que las autoridades cubanas no tenían que suspender el servicio de remesas a través de Western Union, sino readecuar el sistema para que el dinero no se gestionara mediante FINCIMEX, la cual es manejada directamente por las Fuerzas Armadas.
Por su parte, el gobierno cubano acusó directamente a la administración Trump del cierre de las más de 400 sucursales de Western Union en la Isla, señalando que era imposible sustituir en tan poco tiempo toda la red de pago que sostenía el nivel operacional de esta compañía remesadora, operación que era realizada por FINCIMEX desde hace 20 años.