El grave deterioro de los Institutos Preuniversitarios Vocacionales de Ciencias Exactas (IPVCE), ideados por Fidel Castro y que durante décadas el Gobierno exhibió como joya de su sistema de educación, ha generado preocupaciones y fuertes críticas, pero las autoridades del sector niegan que estén «en peligro».
«Ratifico que los Institutos Preuniversitarios Vocacionales de Ciencias Exactas (IPVCE) se mantienen y se mantendrán», afirmó la viceministra de Educación de la Isla, Margarita McPherson, en una entrevista con el periódico oficial Juventud Rebelde.
Durante muchos años, los alumnos de los IPVCE fueron considerados una élite estudiantil, por el rigor con que se impartían las materias, principalmente las de Ciencias Exactas.
En los últimos meses circularon fotografías que mostraron el alarmante deterioro de centros como el IPVCE Vladimir Ilich Lenin, de La Habana, uno de los más emblemáticos del país, inaugurado por Fidel Castro y visitado con frecuencia por el dictador en los años 70 y 80.
La propia viceministra McPherson reconoció en noviembre pasado que cuatro de las seis unidades de la Lenin estaban cerradas.
«Es cierto que cuatro unidades tendrán otros usos, pues no tiene sentido reparar un centro tan grande para recibir solamente a un tercio de su matrícula original», dijo McPherson entonces.
Reportes indicaron, entretanto, que las unidades de la Lenin que aún reciben estudiantes están notablemente dañadas.
Pero «la atención a los IPVCE es prioridad», aseguró la funcionaria. La viceministra insistió en los objetivos por los cuales fueron creadas esas instituciones en la década de los 70 —interesar a los estudiantes en las carreras de ciencia y técnica— «se conservan».
«Estamos trabajando con intensidad para darles más fuerza», añadió.
Como ejemplo mencionó a la Lenin. Dijo que se trabaja para «mantener una infraestructura que garantice las condiciones necesarias para los estudiantes».
«Se labora para rescatar el gimnasio, la piscina, áreas de esparcimiento. Hay un programa que siguen las autoridades de la capital. El futuro de las estructuras que ya no serán utilizadas por ese IPVCE, debido a la reducción de la matrícula, está aún en análisis», agregó.
Sobre la disminución de los estudiantes, mencionó que las matriculas de los IPVCE pasaron de 26.000 estudiantes en total en el curso 1991-1992, a 10.669 en el actual. En el curso anterior fueron 11.045 los alumnos.
Como causas, citó el aumento de los preuniversitarios urbanos y que «la estrategia de formación de fuerza calificada ha cambiado».
«En los tiempos de las grandes matrículas iban a los preuniversitarios el 60% de los estudiantes que culminaban la Enseñanza Media, hoy no es así», dijo.
«La proyección económica del país invierte la pirámide y solo un 40% de quienes terminan la Secundaria Básica continúan estudios de preuniversitario, mientras el 60% se dirige a la Enseñanza Técnica Profesional (ETP)», argumentó.
McPherson defendió que el Ministerio de Educación mantiene la atención «especial» con los 16 IPVCE existentes en el país.
Recordó que para ser admitidos en una vocacional, los alumnos deben poseer un índice general de 88 puntos durante sus estudios secundarios y de 90 puntos como promedio en las asignaturas de Matemática, Física, Química, Biología y Ciencias Naturales. A ello se suman tres pruebas de ingreso en asignaturas de ciencias e Historia, esta última con una fuerte carga ideológica.
«En esas escuelas hay una exigencia perenne con el estudio, porque el alumno tiene que mantener más de 85 puntos en las asignaturas de ciencias para continuar matriculado. Cuando pierde ese índice no puede seguir en la vocacional, eso hace que se esfuercen más, tanto los alumnos como los profesores», afirmó.
La funcionaria resaltó la participación de los estudiantes de los IPVCE en concursos internacionales, donde la cosecha de premios —dijo— se ha incrementado en los últimos tres años y el 70% de los participantes regresa con medallas o galardones.
Con información de Juventud Rebelde y Diario de Cuba