La escasez y los altos precios se expanden por toda Cuba, y hasta el boniato que era de los productos más baratos por tradición, alcanza valores impresionantes en el mercado. La anécdota de un sorprendido santiaguero, publicada en Cubadebate, nos acerca a la realidad de esta situación.
Comentaba el oriental cubano que, pasando hace unos días por El Avileño, un mercado agropecuario estatal del centro de la urbe, quedó muy sorprendido al ver boniatos en los anaqueles, sin cola ni policías.
Por la curiosidad ante lo que veía, entró al establecimiento y preguntó por la venta del alimento, y quedó atónito por la respuesta, pues le informaron que los boniatos solo se venden por la libreta de abastecimiento y para personas mayores de 80 años. El boniato que siempre ha sido “comida de guajiros, de gente humilde y de puercos”, dijo el hombre recordando su infancia en el campo, a lo que añade que ahora parece una delicatessen porque, cuando aparece, está carísimo o racionado.
Una libra de boniato llegaba a costar como máximo 9 CUP, por lo que resultaba de gran demanda dentro de la población, al ser la vianda más barata, sin embargo, en las dos semanas escasas que lleva este año, los comerciantes por cuenta propia de Santiago de Cuba venden el producto a más del doble de ese precio, y en Cienfuegos, a unos 30 CUP.
Este tubérculo no solo se emplea para el consumo humano, también como sustituto de la proteína en la alimentación de animales, es de gran valor nutritivo, pero además es un cultivo de ciclo corto y de fácil cosecha, por lo que no se corresponde con el aumento acelerado de los precios.
Pero la indignación del santiaguero no se detuvo, a solo minutos de haber dejado atrás El Avileño, en otro local por la calle Enramadas, a unos 800 metros, se vende yogur, queso y crema untable. Ante la lógica pregunta, los dependientes esclarecen que todos los productos en venta son solo para niños de 1 a 8 años, en cuyo proceso adquisitivo se requiere de presentar el documento de identidad y la libreta de abastecimiento.
La actual situación económica palpable en las calles cubanas, va dejando muestras del decepcionante efecto de las carencias y los altos precios.