Resulta que la alimentación en Cuba es un tema muy sensible, debido a las dificultades económicas, bajos ingresos personales y escasez de los víveres por diversas causas.
Pareciera algo simpático, pero los huevos se posicionan como uno de los alimentos preferidos por los cubanos, sobre todo el cubano promedio. Es una fuente de proteínas relativamente económica en comparación con otros productos elaborados a partir de la carne de res o el famoso pollo, que merecerá también otro post como es lógico.
Es increíble cuando el huevo llega a los establecimientos que se dedican a su venta. Las colas se vuelven interminables. Muchos cubanos comienzan a esparcir el rumor y hacen las colas por “quien” está por llegar. Pero esta vez no fue una falsa alarma. Gritos de esquina a esquina como “Llegaron los huevos” corren al viento.
Similar a un incendio, todo el que puede sale disparado a comprar este alimento que ha sido y es la fuente de proteínas que ayudan a pequeños, amas de casa, jubilados e ingenieros.
En Cuba, un huevo cuesta un poco más de un peso cubano. Son varias las familias que viven en condición de pobreza, por lo que no pueden darse el lujo de adquirir otros alimentos. Los salarios son bajos, por ejemplo un jubilado gana como promedio unos 10 dólares al mes y un joven recién graduado entre 20 y 25.
Por lo tanto se erige como el salvavidas de la cocina cubana. Basta con hervirlo o echarlo en grasa caliente para concebir el plato más sencillo de comida. Se puede mezclar y revolver antes de pasar por el fogón para preparar tortillas o revoltillos.
Los años 90 en la Isla hicieron del huevo el “mejor bistec”. Se convirtió en un banquete y comenzaron muchos chistes de las peleas que cada cubano le ganaba día a día. La situación ha cambiado, pero este a este alimento le debemos mucho, ha sido el salvador de muchos desayunos, almuerzos y comidas cubanas.