 las camisetas más básicas de esta marca no bajan de los 100 euros. Pero en Cuba, la tierra del copyright y donde cualquier sueño fashion es realizable, puedes lucir una por el módico precio de 15 o 20 CUC, según nos muestra San Revolico.){kind=link}
Si eres joven y urbano, probablemente ya hayas sucumbido al encanto de los diseños de Supreme, la marca de ropa neoyorkina que desde hace alrededor de 20 años se posiciona en el mercado internacional.
En la jungla de asfalto de la calle cubana donde convergen el EcuaDior, el Coco Canal, el Dolce&Banana y el caballo despatarrado de Ralph Lauren, el boom de la ropa streetwear también ha llegado para quedarse y ahora todo el mundo (jóvenes y no tan jóvenes) quieren una camiseta con el famoso logotipo blanco sobre rojo.
“Mija eso es lo último ahora, lo más trending en la calle”, me dijo mi vecinita cuando le pregunté acerca de por qué ella y sus amigas usaban camisetas Supreme como si fueran parte de un clan uniformado.
Todos quieren y todos tienen. Este tipo de comportamiento impulsivo lo experimentamos hace un tiempo con la furia de los Adidas Superstar que inundaron nuestras calles, a tal punto que la gente empezó a preguntarse si los repartían en la bodega. Ahora, pasa lo mismo con las prendas de Supreme, las cuales, quizá exceptuando aquellas que poseen algunos cubanos como El Dany, no tienen de original ni un hilo.
La firma Supreme (la verdadera) crea ediciones limitadísimas de cada diseño para que la demanda supere a la oferta, y así convertir cada producto en un objeto de culto. Pero, como los cubanos no tenemos espacio para lo exclusivo y tendemos a revertir el orden de las cosas, decidimos que, si queríamos Supreme, tendríamos Supreme.
Afuera (término popular utilizado para designar los dominios más allá de nuestros confines caribeños) las camisetas más básicas de esta marca no bajan de los 100 euros. Pero en Cuba, la tierra del copyright y donde cualquier sueño fashion es realizable, puedes lucir una por el módico precio de 15 o 20 CUC, según nos muestra San Revolico.
Así que cuando veas un Supreme sobre el cuerpo de un cubano de a pie, no le hables sobre sus últimas incursiones comprando ropa por la izquierda, déjalo ir y no le mates la ilusión. Mejor dile que se ve fashion.
Con información de Vistar