Jóvenes cubanos se comunican entre sí mediante aplicaciones para teléfonos inteligentes que funcionan sin Internet.
Cae la tarde y todos activan el WiFi en sus teléfonos móviles. Desde el Smartphone de Pedrito, como disparos a quema ropa, salen las fotos de una actriz brasileña hacia el resto del grupo. En los días siguientes quedarán en verse a la misma hora, bajo el framboyán del parque de Parcelación Moderna, un barrio del municipio habanero Arroyo Naranjo.
Escenas como estas se repiten en escuelas y espacios públicos de Cuba, con la interacción a corta distancia se puede resolver una nueva aplicación (apps) o videos interesantes. A falta de soportes online como Facebook Messenger, Tango, Hangouts o WhatsApp, se ha puesto de moda entre la juventud cubana Zapya, una aplicación de mensajería que funciona sin Internet y que se ha vuelto muy popular en los últimos meses.
En el llamado “Paquete de la semana” -volumen de información que contiene películas, series, música y documentales foráneos descargados de Internet- también se encuentra esta aplicación y sus actualizaciones.
“Al principio la gente no le hacía mucho caso pero cuando se dieron cuenta de su utilidad la empezaron a propagar, aunque la principal limitación está dada por la distancia entre el emisor y receptor”, dijo Mario Rosabal, vecino de La Coronela, un barrio al oeste de la capital cubana.
En los preuniversitarios capitalinos, donde hasta cierto punto es tolerado el uso de teléfonos móviles entre los estudiantes –no se permite en los días de evaluaciones-, es usual el intercambio de fotos y videos entre estudiantes a través de Zapya.
“Nosotros creamos nuestro grupo de amigos y compartimos fotos o lo que sea de un aula a otra. También en lugar de usar el SMS chateamos por Zapya porque no nos cuesta nada, solo que tiene que ser a una distancia no más de cincuenta metros, argumentó Claudia Pérez, alumna del preuniversitario Kim IL Sum, en el capitalino municipio de Arroyo Naranjo.
Además de las versiones Zapya para Android, iOS y Windows 7, las más utilizadas hasta el momento, la apps Wi-Fi Talkies también tienen su público.
“Tengo instalado Wifi Talkies pero uso más Zapya porque soy adicta a chatear con varios amigos a la vez y es súper rápido. Mi prima hace un año me abrió una cuenta en Facebook pero si he visitado el portal dos veces es mucho”, agregó Claudia.
El cerco gubernamental a la información y las regulaciones jurídicas en materia de comunicaciones se corroen ante el indetenible progreso de las nuevas tecnologías. En Cuba la creciente demanda de teléfonos inteligentes entre los jóvenes hace que se incremente también al intercambio de apps, fundamentalmente si estas funcionan offline (sin acceso a Internet) mediante Wi-Fi o Bluetooth.