Cuba está llena de ciudades encantadoras, repletas de detalles de épocas coloniales o un pasado republicano más reciente. Conservan en el tiempo el legado de una arquitectura donde conviven estilos de diferentes siglos y corrientes.
La magia de muchas ciudades cubanas es innegable. Algunas ostentan un trazado casi perfecto, otras se muestran laberínticas. Quienes vivan o hayan visitado la Isla, quedarán hechizados por el viaje al pasado que se experimenta.
Pero son las primeras siete villas, fundadas entre 1511 y 1519 en lugares diversos de la geografía cubana durante el inicio de la conquista y colonización española, puntos obligados de referencia cuando se habla de museos vivos de historia colonial.
Estos asentamientos fueron establecidos en lugares distantes de la geografía cubana: Nuestra Señora de la asunción de Baracoa (1511), San Salvador de Bayamo (1513), La Santísima Trinidad (1514), Sancti Spíritus (1514), Santa María del Puerto del Príncipe (1514), Santiago de Cuba (1515) y San Cristóbal de La Habana (1519), o simplemente Baracoa, Bayamo, Trinidad, Sancti Spíritus, Camagüey, Santiago de Cuba y La Habana, como se conocen hoy día. San Juan de los Remedios (Remedios), fundada en 1515, aunque no por Diego Velázquez, es llamada la Octava Villa, otra joya de colonial de la Isla por si no lo sabías.
En ellos y en los que fueron surgiendo posteriormente, se asentaron los cimientos del valioso acervo patrimonial que hoy es Cuba. Religión, danza, pintura, literatura, expresión oral, son el resultado de esa mezcla constituida por el indio, el africano, el francés, el asiático, el español y el tiempo, una mezcla que se devela hoy en esta tierra plena de contrastes.