En el más puro estilo de alargar las cosas con el que ha operado Raúl Castro desde que su hermano le traspasó el poder, acaban de anunciarse con parquedad ciertos cambios constitucionales. El diario oficial Granma casi los lo escondió al final de un reporte sobre un pleno del Comité Central del Partido Comunista.
Tal como lo explica la nota, «el secretario del Consejo de Estado, Homero Acosta Álvarez, presentó (…) un informe aprobado por el Buró Político acerca de los estudios que se vienen realizando para una futura reforma de la Constitución».
Los estudios han dado paso a un informe sobre esos estudios, y el informe dará paso, en un momento que no se precisa, a una reforma constitucional. ¿Qué alcanza a sacarse en claro de la nota publicada por el órgano del partido único? Solo que se ratificará el carácter irrevocable del socialismo y que el PCC seguirá monopolizando la dirigencia de la sociedad.
Nada de esto es nuevo y, como es práctica común del castrismo, los cubanos no reciben ninguna otra explicación, aunque se trate de cambios a la ley fundamental que los rige a todos y, en teoría, al Estado.
Granma sostiene que la reforma constitucional tendrá «como referentes nuestra historia constitucional y procesos similares en otros países». Indudablemente, se refiere a la historia de Cuba a partir de 1959, porque la Constitución de 1940 desaconsejaría un partido único y un sistema político irrevocable.
En cuanto a las similitudes con otros países, es recomendable consultar el volumen coordinado recientemente por los catedráticos cubanos Rafael Rojas, Velia Cecilia Bobes y Armando Chaguaceda —El cambio constitucional en Cuba— que pondera la renovación constitucional ocurrida en las últimas décadas en América Latina y el Caribe, y destaca el hecho de que Cuba ha quedado al margen de un fenómeno de esta clase.
Pero no se trata de mirar a los países vecinos ni al pasado cubano, la Constitución de la República de Cuba está necesitada de cambios por lo que pasa en el país en el presente y por lo que tendrá que ser el país del futuro.
Con información de Granma y Diario de Cuba