La aspiración de muchas empresas dedicadas al turismo y de algunos particulares de poder disponer de playas privadas en Cuba pudiera convertirse en realidad al no repetirse en el texto del nuevo proyecto de Constitución la mención del derecho de todos los ciudadanos de la Isla a disfrutar de todas las playas.
El Artículo 43 de la hasta ahora vigente Constitución de 1976 expresa que el Estado cubano garantiza el derecho de todos sus ciudadanos a disfrutar de los “(…) mismos balnearios, playas, parques, círculos sociales y demás centros de cultura, deportes, recreación y descanso”.
Justo reconocimiento, que de todas formas valió de poco cuando en la década de 1990 el Estado cubano decidió vetar la entrada de los cubanos a los hoteles en clara violación de la Constitución… pero al menos ahí estaba en blanco y negro el derecho para señalar el abuso y la violación. En el nuevo texto, ni eso, lo que abre el camino a la marginación y la discriminación sin necesidad de violar la Ley de Leyes.
Según la Constitución vigente los hoteles, por ejemplo, pueden hacer uso de las playas del país, pero estas continúan siendo públicas y ninguna gerencia la puede considerar como parte de los mismos.
Este ha sido un punto de enfrentamiento constante entre los cubanos y las gerencias de los hoteles, que pretenden violar constantemente el derecho de los nacidos en la Isla de usar libremente sus playas.
Aunque las fuerzas del orden en el casi 100 % de los conflictos han apoyado los intereses de las empresas; cuando casos puntuales han trascendido a la prensa, las gerencias han tenido que ofrecer disculpas. Prueba de que estampar el derecho en blanco y negro en la Constitución sirve, al menos, para algo. Su omisión intencionada en el Proyecto de la Nueva Carta Magna deja a los ciudadanos sin defensa alguna ante los abusos de las empresas y sus aliadas naturales, las fuerzas del orden y el Estado.
Aunque la Fiscalía puede actuar de oficio contra los que violan la Constitución, jamás el ministerio público en Cuba ha puesto una demanda contra las empresas que pretenden utilizar las playas en Cuba de forma privada. De hecho las agencias de turismo promocionan en sus campañas las “playas exclusivas” de los hoteles resort sin que nada ni nadie se los impida o parezca molestarse en los más mínimo por eso. La eliminación del molesto texto que refrenda el derecho de todos los cubanos al disfrute de sus playas sería, sin dudas, un triunfo de sus gerencias.
Pero, si resulta complicado para las autoridades cubanas actuar contra las empresas extranjeras que “engañan” a sus potenciales clientes de esa forma; no puede serlo tanto contra las que pertenecen al Estado cubano que también acuden a esta práctica “fraudulenta”, como demuestra una publicación del Ministerio de Turismos (MINTUR) que en este mismo año 2018 describe la existencia de “zonas de playas exclusivas” en determinados hoteles.
La eliminación del texto constitucional de la mención al derecho de los cubanos al acceso a todas sus playas sería maná caído del cielo para los que en contubernio con las autoridades cubanas pretenden llenar la Isla de campos de golf, marinas y condominios.
Desafortunadamente todo el debate alrededor del nuevo Proyecto de Constitución se ha centrado alrededor de la aprobación del matrimonio igualitario y los cubanos parecen más preocupados por negarles derechos a una minoría de sus compatriotas que por defender los que alcanzan a todos… Triste y patético.
Con información de Isla Local