Este martes, casi un mes después del desastre aéreo ocurrido en La Habana, el gobierno cubano se pronunció sobre la investigación del trágico suceso que le costó la vida a 112 personas.
Los funcionarios del Instituto de la Aeronáutica Civil de Cuba (IACC) dijeron a la prensa cubana que se realizan los trabajos de recuperación de datos de las cajas negras trasladadas a Estados Unidos; y aunque no precisaron detalles mencionaron que hay avances en la investigación.
“La imputación de responsabilidades en materia laboral, administrativa o penal, se llevará a cabo en correspondencia con lo establecido por las legislaciones vigentes y los resultados de la investigación”, declaró Mercedes Vázquez González, directora de Transporte Aéreo y Relaciones Internacionales del IACC, según publicó el diario oficialista Granma.
La autoridad también mencionó que otras pruebas como la modelación del vuelo en el terreno y el estudio de partes de la aeronave, determinarán los factores que originaron el siniestro, “así como la recomendación de medidas de seguridad operacional apropiadas, dirigidas a evitar los peligros o eliminar deficiencias para prevenir la ocurrencia de otros accidentes e incidentes de aviación”.
Vázquez González además recalcó que el proceso se lleva a cabo en Estados Unidos por ser el país de construcción y diseño de la aeronave, además de contar con las condiciones para ello.
El resto de la investigación se realiza en la isla “sin inconvenientes”, afirmó.
“Se analizan también los testimonios de los testigos del accidente y el personal de la aerolínea que se encontraba en Cuba”, agregó.
El lugar donde ocurrió el desastre aéreo se mantiene preservado, según la televisión cubana.
La jefa del departamento de asesoría legal de la IACC, Adys Sánchez, indicó que continúan en el lugar accesorios y partes que son importantes para el proceso de investigación del incidente.
El Gobierno mantiene un férreo control sobre lo relacionado con el accidente. Aunque la prensa oficial aparenta brindar información a la población de la Isla, la mayoría de los reportes son vagos o ambiguos.
La aeronave, que se estrelló momentos después de despegar en el Aeropuerto Internacional José Martí, era un Boeing 737-200 con 40 años de vuelo, arrendado por Cubana de Aviación a la aerolínea mexicana Global Air, con un largo historial de irregularidades.
Con información de Diario de Cuba