Muchos hablan de que el ser humano es capaz de alcanzar los 120 años. Algunos más osados se atreven a elevar dicho número a cifras todavía mayores.
Lo cierto es que hay que mantener estilos de vida saludables para lograr vencer el reto. Y si de retos se habla, habría que hacer mención a cierta ceiba que por 114 años todavía brinda sombra desde una plazoleta del mayor parque urbano de Cuba a los cubanos, rodeada de más de 30 bancos y flores.
Resulta la reina de un sitio donde más de 100 especies de la vegetación forman el pulmón verde la esa zona en la oriental provincia de Camagüey.
Fue sembrada el 20 de mayo de 1902, por alumnos de las escuelas públicas de la localidad. Es la ceiba del Casino Campestre, altiva, corpulenta y frondosa, que con sus ramas de unos 25 metros de diámetro ofrece la más amplia sombra de todos los árboles del lugar, en las proximidades del sector local declarado en el 2008 Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Dicen que es sagrada. Con frecuencia aparecen en sus gruesas raíces, ofrendas producto de ritos religiosos traídos a Cuba por esclavos del África. Imágenes del orisha Babalú Ayé (San Lázaro) y cazuelas de barro con diferentes objetos figuran entre los medios depositados bajo la sombra generosa de la ceiba.
Los cubanos de la zona veneran la ceiba, la cual es símbolo de prosperidad, vida, constancia, experiencia, virilidad y esperanza. Con el nuevo año, muchas personas detuvieron su paso por allí, esperando una mejor etapa en sus vidas.
Si algún día te llegas por este espacio pintoresco de la geografía cubana, no dejes de visitarla y pedir buenos deseos, más ahora que comienza un nuevo año.