En Cuba, las personas suelen inventarse palabras, nombres “nombretes” y situaciones. El cubano resulta muy ocurrente. Es común llamar a las personas o cosas por apodos bien interesantes y divertidos.
El apodo suele ser ese nombre que le damos a una persona, tomado muchas veces de sus defectos u otras circunstancias que la involucren. También puede ser un apodo que se parezca en escritura y pronunciación al nombre de ese individuo.
Estos términos pueden simbolizar aceptación y cariño muchas veces, pero en otras, se empelan para ridiculizar o despreciar. Todo Cuba Online te comparte algunos que con frecuencia empleamos los cubanos:
Inflador: Dícese de aquella persona que le encanta hablar demasiado, muchas veces mentira, y todo el tiempo se la pasa alardeando de sus capacidades y posibilidades, exagerando. Podemos escuchar frases como yo esto, yo sí o yo lo otro…
Paciente: Guarda relación con el término anterior. Se le dice a esa persona que le encanta presumir de sus habilidades, pero a la larga no consigue impresionar, ahí radica la diferencia. Todo queda en el intento. Mira el paciente este, cómo se hace… También se le dice a quien no “da la talla” en alguna actividad o tarea.
Fula: Es una palabra que emplean mucho los jóvenes en la Isla para referirse a alguien que tiene mal carácter, se portó mal o no es buen amigo. También para describir la situaciones. Es sinónimo de algo no agradable, difícil, complejo.
Disparador: Es aquella persona que le encanta enamorar a cualquiera que le llame la atención. Le encanta hablar con varios individuos a la vez. Lo mismo en un parque, en una esquina o en la disco.
Patón: El que no sabe bailar. Los cubanos son excelentes bailadores y muy musicales. Pero siempre hay alguna excepción. Si no sabes cómo menear el cuerpo, serás un gran patón.
Picador: Se le dice a ese individuo que siempre que te ve comiendo algo, te pide, o si ve comida, se apresura por probarla. Muy típico de las madres cubanas cuando nos regañan y mencionan la palabra mientras robamos los fritos de la comida.