La Habana Vieja resulta Patrimonio Cultural de la Humanidad. Quienes se apasionan por las curiosidades históricas y arquitectónicas de este espacio ubicado en la capital de todos los cubanos, tendrán un sinfín de cosas que descubrir.
Quizás su aspecto un poco deteriorado, como varado en el tiempo, le confiere esa suerte de magia que cautiva. En este sentido destacan lugares que, si un día estás de visita en Cuba, no debes dejar de visitar. Igual si eres cubano y te encuentras de paso por la capital.
Uno de esos sitios es una pequeñísima calle, que muchos se atreven a afirmar que bien pudiera aparecer en el libro de record Guinness. Ocupa unos veinte metros de largo por unos tres de ancho y está situada inmediatamente detrás del Templete, el monumento que señala el sitio donde fue fundada la Villa de San Cristóbal de La Habana en 1519.
Conocida como la calle más pequeña de La Habana Vieja, el hecho de ser estrecha y tener poca longitud, no impiden que algunos curiosos recorran la callejuela conocida como el Callejón del Templete.
Se piensa fue creada a inicios del siglo XVI. Una de sus aceras la ocupa la parte trasera del histórico Templete mientras que en la otra se eleva el antiguo edificio colonial número seis, lo que le permite tener sombra en toda su extensión durante cualquier hora del día.
Cerca de un extremo de la calle existe una placa metálica y rectangular con la inscripción Accesoria A, pero no se cree que realmente este haya sido su nombre oficial, pues nadie la conoce así.
La callejuela ha recibido a lo largo de su historia otras denominaciones como Narciso López, Callejón de la Ceiba, Ceiba del Templete y El Boquete de la Ceiba, por encontrarse junto al monumento del Templete y un árbol de ese tipo.
Son muchos los interesados, quienes llegan a descubrir la calle más pequeña de la capital y registrar en sus cámaras la actividad que en ella se observa.