De por sí, Cuba resulta una Isla pequeña cuyas fronteras todos los días son besadas por las aguas calurosas del Caribe. No es muy extenso nuestro país en comparación con otras tierras en diversas latitudes.
Sin embargo, a muchos de los cubanos en Occidente les parece que el Oriente del país queda “en casa de las quimbambas” y viceversa, cuando no median tantos kilómetros de por medio.
Quizás porque estuvimos atrapados en nuestro pedazo de mundo por mucho tiempo, no todos teníamos las posibilidades de lanzarnos a probar suerte al exterior y recorrer grandes distancias para alcanzar nuestros objetivos.
En Cuba, los cubanos tenemos diversas maneras de referirnos a cuán lejos puede estar un lugar. Una de ellas resulta la ya mencionada “en casa de las quimbambas”. Se emplea generalmente para referirnos a grandes longitudes a recorrer o para indicar que está fuera de los límites comunes a andar.
Otra que quizás suene un poco ruda, pero que se utiliza usualmente es “está en casa del caraj… o de los coj…”. Trae consigo la misma connotación de lejanía. Entre cubanos no constituye un problema, pues estamos acostumbrados a escucharla. Si a alguien foráneo se le da esta indicación, puede molestarse sin dudas.
Asimismo, se emplea mucho “donde el diablo dio las tres voces y nadie lo oyó”. Imagínense los lugares donde habita este ser que lanza tres gritos al viento y nadie lo pudo escuchar. Así de lejos debe estar el lugar.
Por otro lado está “en remangalatuerca”. Sueña gracioso cuando alguien expresa la frase en aras de decirte que no estás muy cerca de ese destino. No necesariamente tiene que estar a miles de kilómetros para emplearla.
Y si eres de los que vive en barrios lejos de urbes bien pobladas, estarás en “tumba la burra”. Generalmente se usa para referirnos a espacios ubicados en zonas rurales. Entonces, ¿ya sabes qué decir en Cuba cuando todo te queda lejos?