Con dinero o sin dinero.
A los cubanos no sé por qué razón aún les encanta la música mexicana que para nosotros no es Paulina Rubio o Alex Syntec…sino que estamos como casi en todo como a 50 años luz y disfrutamos muchísimos de las canciones de Jorge Negrete, José Alfredo Jiménez, Chávela Vargas…en fin que la música regional que es como le llaman ahora, es un repertorio en cualquier cantante de bares o cabaret en la Isla.
Hasta el el punto que casi todas las emisoras municipales o provinciales tiene un programa de rancheras o México Canta, Voces de México… al menos en Puerto Padre, las Tunas es el más viejo de todos y el que más audiencia tiene.
A mí que yo no las ruedo, por castigo porque quien no quiere caldo le dan tres tasas me tocó por dos meses dirigir el mexicano y hasta el estilo de vestir lo copian los guajiros…que si no lo sabré yo, que una vez fue a conocerme uno con espuelas en las polainas y amarró el caballo en la parte de atrás de Radio Libertad. Menos mal que mi mamá había llevado la merienda o sino hasta hoy, nadie me lo cree.
En toda fiesta, después de tomar unas copitas a los cubanos se les sube la musa y empiezan a cantar abrazados, de pie, brindando, medio despechados…y aunque el background es amplio siempre al final de la partida y como una cosa lleva a la otra, surgen las clásicas del repertorio que por demás no se me sus nombres, pero si los estribillos, que de tanto oírlos se pegan.
-Mozooo sírveme en la copa rota, quiero sangrar gota a gota el veneno de su amor.
-Me voy este tren que va con rumbo al Sur…
-Pero la puerta no es la culpable que tú por dentro estés llorandooo, tu a mí me quieres y yo te quiero, la puerta negra sale sobrandooo…
-En una jaula de oro pendiente de un balcón estaba la calandria llorando su dolor.
-Me dejaste abrazado de un poste esperando y tú no llegaste…
-La de la mochila azul, la de ojitos dormilones… (Aquí incluyan además muy popular por cierto En el avión de las 8 voló la de los hoyitos)
Pero en la realidad y la que canta todo el mundo, este de fiesta o no, triste y contento es la del Rey que nos define de una manera increíble:
Con dinero o sin dinero (más lo primero que lo segundo) hago siempre lo que quiero y mi palabra es la ley, no tengo trono ni reina ni nadie que me comprenda, pero sigo siendo el rey….
Por: Orietta Domínguez González