Las constantes penetraciones del mar y las inundaciones que provocan en el malecón habanero y las áreas cercanas, han llevado a la capital a emprender un proyecto para minimizar los efectos sin dañar la imagen urbanística de este ícono de la ciudad.
Según se explica en un reporte del Sistema Informativo de la TV Cubana, la altura del muro del malecón no sobrepasará los 1.25 metros respecto al nivel de la acera, no afectará la visibilidad de los paseantes y no se va a cambiar la configuración ni el valor patrimonial que tiene».
No queda claro en el informe periodístico si a la altura propuesta, los habaneros podrán sentarse en el muro como habitualmente hacen en las noches, lo que le ha dado el nombre de ‘el sofá de La Habana’, aún cuando se asegura que solo será en algunos tramos.
Al decir de los especialistas, los dos problemas fundamentales del malecón tienen que ver con el rebase del oleaje por encima de la protección actual y la protección de la descarga del drenaje pluvial.
La idea es reducir reducir la entrada de 1000 litros por segundo de caudal por metro lineal a 50 litros por segundo, colocar obras ingenieras a la entrada de los drenes pluviales y situar segmentos rompeolas a una distancia de 30 a 40 metros de la orilla.
El primer tramo incluye el conocido ‘malecón tradicional de La Habana’, que enmarca la Ensenada de la Punta hasta la calle Marina, muy próxima al Hospital Hermanos Ameijeiras, apunta el NTV.
El proyecto responde a la Tarea Vida, un plan estatal para la reducción de los efectos del cambio climático y el cuidado medioambiental.
