Tanto en la red normada como en la liberada, parece ser que desde hace meses no hay fuego ni olla en Cuba que ablande los frijoles en Sancti Spíritus. Esto se corrobora en la cantidad de quejas que llegan a las empresas de Comercio, a la Oficina de Protección al Consumidor de la dirección estatal del ramo, y a los medios de prensa.
Los cubanos explican que cocinan los granos por horas y nada, gastan gas y tiempo y no hay manera de volverlos potaje. «Frijoles duros, picados, amargos casi siempre y hasta azules» son prueba de que los granos vendidos por las empresas de acopio ya pasaron su fecha de vencimiento, explica un reporte publicado por el periódico local de la provincia.
La descoordinación, la burocracia y la falta de liquidez financiera hacen que el producto pase demasiado tiempo en almacenamiento y cuando finalmente sale a los puntos de venta, ya no sirve.
“En el 2015 el grano que se produjo en Sancti Spíritus se comercializó un año entero aquí y eso trajo consigo que se prolongara el almacenamiento del importado que tiene durabilidad de dos años. Ya entre el 2016 y 2017, el país comenzó a balancear. La provincia tiene altos inventarios de granos, y la rotación es más lenta», explicó Eduardo Morales, director general de la Empresa Mayorista de Alimentos (EMPA) en la provincia.
“A partir de este mes no tendremos más frijoles duros, cuando se entregue la producción nacional». Sin embargo, la persistencia de las anteriores dificultades solo conllevará a que «en el 2019 caeremos en el mismo problema”, comentó.
Según Daney Gómez, técnica en gestión de la calidad, “hacemos una prueba de cocción antes de salir a la venta, no le encontramos ningún indicador que exprese mala calidad, por tanto, debe ser por los tratamientos”.
Desde el año pasado se propuso bajar el precio a 6 pesos, pero aún no se ha autorizado.
En 2017 de los mayoristas solo salió el 35 por ciento de lo que recibió para guardar, por lo que hoy más de 430 toneladas están almacenadas aún.
Este no es el único caso que se reporta en el país de cantidades de frijoles que se echan a perder por una mala tramitación de las empresas del Gobierno. En Matanzas, la Empresa Provincial de Acopio dejó de comprarle a los campesinos del municipio Unión de Reyes cerca de 400 toneladas de frijoles. Las mismas estuvieron almacenadas por la burocracia y la falta de liquidez financiera.
El pasado año también se perdieron en Guantánamo más de 2 mil 600 toneladas de mango de las 6 mil 794 producidas por la misma descoordinación entre las empresas y los campesinos y porque a estos últimos no se les permite venderlos directamente a la población antes de que el tiempo los deteriore.
En Sancti Spíritus la historia ha sido distinta. Las autoridades no han dado por perdida las toneladas de frijoles, las han vendido a la población en mal estado.
Con información de Periódico Cubano