A medida que la temporada avanza, son mayores los desafíos que enfrentan los concursantes de MasterChef 6 España, la exitosa competencia culinaria transmitida por TVE.
No hay dudas de que los jueces han subido la parada y la competencia no es juego de niños. En el episodio de anoche, Fabio fue incapaz de aguantar el ritmo y terminó colgando su delantal.
Pepe Rodríguez, Samantha Vallejo-Nágera y Jordi Cruz han obligado a los concursantes a emplear un manejo experto de las principales técnicas de cocción.
Para nuestra suerte, Cuba sigue bien representada con la concursante Ketty Fresneda, quien tras sustos, discusiones y momentos de tensión, continúa dando lo mejor de sí y avanzando en el programa, aunque en el último capítulo enfrentó no pocas dificultades.
VISTAR le ha seguido la pista a esta joven de 28 años, originaria del Vedado, desde que ocupó un lugar entre los finalistas que pelean por el triunfo en esta sexta temporada de Masterchef España.
Nos ha quedado claro que Ketty es una chica dinamita, dispuesta a tomar las riendas de la victoria sin ayuda alguna. Ella tiene la actitud correcta para ganar y por sus venas corre la sangre caliente de los cubanos.
Ketty Fresneda no se dejó intimidar cuando en uno de los capítulos anteriores, uno de sus compañeros le destinó el “delantal negro” para que fuera directamente a la ronda de eliminación y tampoco lo hizo cuando realizó un postre de baja calidad.
Todo parece indicar que los dulces no son el fuerte de Ketty, pues en el último programa no le fue bien en la preparación de la receta indicada por los jueces.
En la batalla de harina, los aspirantes tuvieron que superar tres retos. El primero consistió en la preparación de una bechamel y después un cupcake perfecto. Fue en este paso donde Ketty Fresneda olvidó algunos ingredientes para el cocinado y terminó realizando unos cupcakes terribles y algo crudos que los jueces se negaron a probar.
A pesar de este bache en la competencia, Ketty sigue dando guerra. El éxito final dependerá solo de ella, porque no hay dudas de que en esta edición los errores se pagan muy caros.
Con información de Vistar