La belleza y simpatía de la mujer cubana son reconocidas no sólo en Cuba, sino en el mundo entero. Ellas enfrentan a diario dificultades de diversa índole, sin embargo alcanzan a ser grandes profesionales, perfectas madres de familia y excelentes amantes.
Resulta incomparable la alegría de la mujer cubana, ella es así por naturaleza. No la verás amargada con frecuencia y siempre encuentra el lado positivo de las desavenencias para seguir adelante.
Ellas son extremadamente familiares. Cuando deciden hacer su propia familia, como leonas protegen su hogar y sus crías.
La forma en que bailan y se desplazan deviene obra de arte. Pocas féminas en el mundo poseen el ritmo y sabor de las cubanas. Estremecen su cuerpo fácilmente y derrochan delicadeza y fuego a la vez.
Se saben luchadoras incansables. Han tenido que lidiar con tantas dificultades en Cuba para poder alimentar a sus hijos y llevar adelante su proyecto de vida. Es difícil ver a una mujer cubana achantada esperando que las cosas le caigan del cielo.
Al hablar y gesticular, imprimen un toque especial. Son blancas, mulatas, negras, rubias, castañas, trigueñas, con ojos pardos, negros, verdes, azules, toda una diversidad producto de la Historia en la Isla que hace a la mujer cubana una de las más hermosas del mundo.
De más está decir que son las más apasionadas, te adoran o te odian, no hay un justo medio para ellas cuando de amor se habla. Son leales y buenas amigas.
Ya sean las tradiciones de su país o su pueblo natal, su religión, su forma de vestir, los rituales de belleza que le enseñó su abuelita, las costumbres y juegos que aprendió en su infancia y que transmitirá a sus hijos o sobrinos, la cubana respeta y tiene presente en todo momento sus orígenes.
Ya lo dijo el más universal de los cubanos, José Martí: «Toda la Patria está en la mujer: si ella falla morimos, si ella nos es leal, somos”.
¡FELICIDADES MUJER!, les desea Todo Cuba Online