Si decides darte un paseo por la capital de todos los cubanos, no tardarás en percatarte de una estructura que ha conservado durante más de ocho décadas todo el esplendor de su arquitectura ecléctica, Art Decó y morisca.
Se trata del Hotel Nacional de Cuba, construcción insignia de la hotelería cubana. Ubicado sobre una colina a pocos metros del mar en la zona más céntrica de La Habana.
Si decides penetrar en sus entrañas te percatarás de los cañones que integraron la antigua Batería de Santa Clara y que hoy día se exhiben en su jardín, estos fueron declarados Patrimonio de la Humanidad en 1998.
Este emblemático hotel fue escenario de reuniones de la mafia en los años 40 y del movimiento liderado por Fidel Castro en los 50.
Durante estas ocho décadas, sus habitaciones han sido testigos de la visita de figuras públicas de talla internacional como Winston Churchill, Frank Sinatra o Vladimir Putin, los duques de Windsor e incontables jefes de Estado y monarcas europeos.
EL lugar donde está emplazado resulta el espacio donde habitualmente desembarcaban piratas, en la costa de Punta Brava en la loma de Tanganana de La Habana. Se construyó el 30 de diciembre de 1930, el cual representó en su momento el hotel más importante del Caribe.
La instalación se honra con el segundo premio en Salón Internacional de Arquitectura e Ingeniaría del año 1994, premio de Arquitectura e Ingeniaría de la ciudad en la categoría de Rehabilitación del año 1998.
Posee 426 habitaciones. 32 sencillas, 308 dobles, 11 triples, 58 junior, 15 suites, 1 presidencial y otra real. A esto se le suman 3 restaurantes: el buffet “La Veranda”, el de lujo “El Comedor de Aguiar” y el de comida criolla”La Barraca”, la Cafetería “El Rincón del Cine” y algunos bares.
Se suman a la lista la Sala 1930 o Compay Segundo, la de mayor capacidad, centro de negocios y el complejo Fitness Center Piscina. A este Hotel le ha sido otorgada la condición de Monumento Nacional, también la de Hotel Museo, declarada en el 2001. Aparece inscrito en el Registro «Memoria del Mundo».
Ya sabes, si te llegas un día por la zona decide pasar y palpar por ti mismo o misma la historia.