Arribó a sus 31 años de vida la popular y querida actriz cubana Camila Arteche y desde que entró a los “ta”, sin dudas junto a la experiencia que va acumulando, suma belleza, atractivos y profesionalidad en su vida y hoy festeja su cumpleaños.
Aunque, desde que inició su carrera actoral solo la escogían para hacer los personajes de “la bonita”, “la prostituta” o “la dulce” y muchos han querido compararla llamándola la Jennifer López cubana en las redes sociales, ella deja claro en cada ocasión en que se le aborda el tema que es más que una cara y un cuerpo bonito.
Su propio talento y el reconocimiento que ha ido ganando con su carrera le han permitido poder “romper con eso” a la hora de elegir sus papeles y ahora se puede dar el gusto de escogerlos y dar su opinión sobre ellos cada vez que puede.
Camila, quien se describe como una persona muy reservada, sabe que ser una figura pública conlleva en parte a perder su privacidad, mucho más cuando se ha convertido en los últimos años en una de las influencers cubanas más seguidas en las redes sociales. actualmente se encuentra viviendo en Miami, y para ella, tanto Facebook como Instagram son solo una herramienta “para que el mundo conozca sus vivencias”.
En una entrevista concedida por la actriz hace un tiempo, declaraba que: “Lo peor de ser actriz ha sido la pérdida de la privacidad porque soy muy reservada con mis cosas. Incluso puedes ver en mis redes que estoy muy activa, pero siempre muestro hasta un punto. Al principio esa falta de privacidad me chocó muchísimo, pero ahora lo manejo mejor”, el principal mensaje a sus seguidores a través de sus publicaciones “es amor y respeto”, por eso mismo cree que tiene tan poco haters.
“Los cubanos estamos demasiado divididos. Para mí es muy importante promover esos valores entre cubanos. Aunque tenga muchos seguidores de otras partes del mundo, hay muchos que son cubanos, dentro y fuera de la isla”, comentó a una revista el pasado año.
Participar en la campaña por la no violencia contra la mujer, aunque dice que es algo que ya tenía incorporado en su forma de pensar, creó en ella un compromiso mayor por lo que se propone mostrar con más fuerza el tema del feminismo.
A pesar de vivir hace más de un año en Estados Unidos, no se considera una emigrada ni le gusta esa palabra, porque va y viene varias veces durante el año a Cuba.
“He estado mucho tiempo trabajando fuera de Cuba y luego regreso a trabajar allí también (…) No me quedo en ninguna parte, sino que estoy donde haya trabajo. Siempre me interesa dejar claro eso”, explicó.
