Los cubanos disfrutan entretenerse. ¿Quién no? Constantemente necesitan estar ocupados, trabajando, en el invento, jugando dominó en la esquina, en labores domésticas o haciendo cuentos en el portal de casa.

A la vez, la Isla es un país aún desconectado. El acceso a Internet es restringido y caro, y la programación televisiva es cuestionable últimamente. De ahí que el “cubaniche”, tenga que recurrir a métodos como la copia del paquete semanal (muy querido en los hogares cubanos) o darse una vuelta por el cine para relajar un rato de la vorágine antillana.
Aun cuando el poder proyectar en casa los shows, series y películas del momento se vuelve muy común, los isleños e isleñas no olvidan la gran pantalla. Y es que la experiencia en un cine es bastante diferente.
¿Sabes qué hace un cubano cuando visita el Yara, el Riviera o el cinecito del pueblo natal? Todo Cuba Online te comparte algunas actividades típicas:
La cola: Si no hay cola en un cine, todo el proceso para observar la película pierde la gracia. El isleño ama hacer filas hasta en el cine. Veremos entonces que muchas veces, estas alcanzan a doblar la esquina cuando hay algún estreno.
Entrar comida: El cubano le encanta comer, “picar” algo de vez en cuando. Quizás porque no tiene mucho que elegir. La comida en los cines suele ser un tanto cara, así que los verás entrando con carteras, bolsos y mochilas con refrescos, galletas, papas fritas, chicharrón de viento o rositas para comer nada más apaguen las luces.
Tirar rositas de maíz: Como si tuvieran 13 años otra vez. No importa la edad, cuando los cubanos van al cine además de entretenerse con el filme, les encanta molestar a los del frete lanzando rositas de maíz, así todo transcurre de forma más placentera.
Apretar: Hay quien no espera a que avance la película o esté algo aburrida. Nada más apagan las luces, comienza “el toqueteo”. Si no encuentran lugares donde amarse, pues qué mejor que sentarse en la última fila en cualquier cine.
Llegó el sueño: Como siempre, hay alguien que solo va a “echar una pesca”. Los ves muy embullados con la película y cuando encienden las luces, ni se enteran.