La Fuerza de Defensa Nacional de Sudáfrica informó al Parlamento de ese país sobre la devolución de Interferón Alfa 2B, que Cuba había enviado contra la Covid-19, aunque la autoridad regulatoria local jamás aprobó utilizar.
Según News24, el grupo encargado de analizar los contratos determinó que la empresa estatal cubana Tecnoimport emitió a la Fuerza de Defensa Nacional de Sudáfrica (SANDF) facturas por tres envíos.
Cassius Lubisi, uno de los miembros del comité de Sudáfrica, explicó que la primera de ellas se emitió el 30 de abril de 2020 por 130,000 frascos del fármaco, por un monto total de 2,015,000 dólares.
De acuerdo con el funcionario sudafricano, «esta factura se clasificó erróneamente como pago por servicios de capacitación vocacional en el marco de la Operación Thusano e inicialmente se registró como tal en los libros del Departamento de Defensa”.
“Esto se corrigió posteriormente el 5 de octubre de 2020 y se clasificó correctamente como medicamentos en el marco de la Operación Notlela (…) El jefe de logística, el teniente general Jabu Mbuli, aprobó el pago de la factura S-0080 el 30 de junio de 2020 después de su intervención con la oficina de gestión presupuestaria, el mismo día”, recalcó Lubisi sobre el envío de Interferón a su país.
Sin embargo, las otras dos facturas emitidas por los otros dos envíos, fechadas para el 2 de julio y 17 de agosto de 2020, no fueron pagadas por el gobierno de Sudáfrica. El país denunció que se crearon una serie de «pedidos falsos» de Interferón proveniente de Cuba.
A inicios de diciembre de 2021, el Parlamento de Sudáfrica había advertido que se debían devolver los medicamentos a Cuba. En caso contrario, el cargamento sería confiscado y destruido, porque habría caducado o estaría a punto de hacerlo.
Finalmente, a inicios de este año se constató que el interferón adquirido fue devuelto a la Isla, sin precisar la fecha del retorno.
Precisamente este martes, el presidente Cyril Ramaphosa recibió un informe de 86 páginas elaborado por la Unidad Especial de Investigación (SIU) que aseguraba que las Fuerzas Armadas sudafricanas no eran responsables de la compra de interferón alfa-2b a Cuba.
El caso se destapó en abril de 2021, cuando se abrió una investigación sobre la compra de interferón cubano valorado en 17 millones de dólares para los militares sudafricanos. Según la documentación disponible, las Fuerzas Armadas adquirieron el medicamento como arma temiendo que la Covid-19 fuera un ataque biológico.