Como parte de todos los acontecimientos religiosos que tienen lugar durante la Navidad, se encuentra la muy popular Misa del Gallo, que ocurre a la media noche del día de Nochebuena, hoy 24 de diciembre.
El origen de esta tradición religiosa que celebra el nacimiento de Jesús, según los que saben, se le atribuye al Papa Sixto III, quien en el siglo V instauró la costumbre de celebrar una misa de vigilia nocturna previa al nacimiento del Mesías y esperando el nuevo día “al canto del gallo”.
Dicho “canto del gallo” hace alusión al momento en que comienza el nuevo día. Pero, como no todas las fuentes están de acuerdo con este origen, hay quien lo coloca en una antiquísima fábula.
Esta cuenta que durante el nacimiento de Jesús había un gallo en el establo, el cual fue el primer ser vivo testigo de tal acontecimiento y el encargado de pregonarlo, primero a la mula y al buey, después a los pastores y sus ovejas y por último a las personas que vivían en los alrededores y, por tanto, la venida al mundo del Mesías fue anunciada “ad galli cantus”, es decir, al canto del gallo.
En Cuba, esta realidad puede estar o no muy cercana a nosotros, a veces hasta puede ser un acontecimiento ajeno por completo a muchas vidas. Se llega al 24 de diciembre de diversas maneras, hay quienes confían en el señor gordo vestido de rojo que trae regalos a casa o quienes van a la iglesia a celebrar dicha misa. Concurren los creyentes de toda una vida, los no tan creyentes que están cansados del hastío diario en la Isla, la anciana de 80 años, el padre y su hija, el hombre que demoró un poco en salir del clóset, quien emigró y está de visita, las que llevan el sexo en la sangre y hasta el dirigente. Al fin y al cabo, resulta una noche especial.
La noche inicia muchas veces con alguna obra teatral, que puede ser el nacimiento de Jesús o el espíritu de Navidad. Los niños y adultos cubanos cantan, el abrazo fraternal impulsado por el cura, las oraciones… Cuando todo termina, seguimos percatándonos de que el día sigue tan jodido como de costumbre en la Isla, pero fue un momento donde todos en sus pueblos y ciudades se reunieron en bondad y dulzura.