La Organización Mundial de la Salud ha declarado a la viruela del mono una emergencia de salud pública de importancia internacional.
Así se fue notificado en una rueda de prensa a primera hora de la tarde de este sábado 23 de julio.
El anuncio llega después de la reunión de los expertos del organismo, celebrada el pasado jueves, en la que estos no lograron «alcanzar un consenso». Aun así, el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, tomó la decisión a raíz de la gran propagación que ha protagonizado el virus en las últimas semanas.
El pasado junio habían sido diagnosticados a nivel mundial unos 4.000 casos, cifra que se ha multiplicado por cuatro en este tiempo hasta superar los 16.500.
El número de países afectados son ahora 75, prácticamente el doble que el pasado mes.
«El riesgo de la viruela del mono es moderado a nivel global, excepto en la región europea, donde es elevado”, añadió el funcionario.
La más reciente declaración oficial por parte de Cuba sobre la viruela se produjo el pasado 2 de junio. Entonces, el Ministerio de Salud Pública aseguró que en la isla no se ha conformado ningún caso.
«Ninguno de los pacientes estudiados hasta el momento en el país, para confirmar la viruela del mono o la hepatitis aguda grave de causa desconocida en niños, ha resultado positivo», asegura a principios del mes pasado el ministro de Salud Pública de Cuba, José Ángel Portal Miranda.
Además, precisó que, se han estudiado personas con lesiones en la piel semejantes a las de este padecimiento y, luego de realizar los diagnósticos diferenciales —tanto clínicos y epidemiológicos, como de laboratorio—, en todos los casos se ha confirmado la presencia de varicela u otras enfermedades.
La viruela símica es una zoonosis vírica (enfermedad provocada por virus transmitido de los animales a las personas) que produce síntomas parecidos a los que se observaban en los pacientes de viruela en el pasado, aunque menos graves.
La mayor parte de los pacientes infectados muestran un cuadro clínico con evolución favorable, pero pueden llegar a estados graves niños, mujeres embarazadas y personas inmunodeprimidas.
