Aunque ya dijo que revisaría las medidas firmadas por Trump, la administración Biden ha vuelto a decir este martes que no es prioridad un cambio de las políticas hacia Cuba.
Las palabras vienen de la boca de la secretaria de prensa, Jen Psaki, quien aclara que que lo primordial para ellos serán los derechos humanos y la democracia.
En medio de su camapaña, Jor Biden se refirió a la necesidad de una nueva política hacia Cuba, en relación a la hostilidad de Donald Trump contra el gobierno de la isla, afirmando que Cuba no estab más cerca de la libertad y la democracia que hace cuatro años (en la era Obama).
Como ya se sabe, la política de Trump dio una vuelta de tuerca a los pasos andados por Obama, con una metralleta de sanciones que llegaron a contar 240 medidas. La última carta bajo la manga: reingresar a Cuba en la lista de países patrocinadores de terrorismo.
Cierre del trabajo consular en La Habana, prohibición de viajes en cruceros, cancelación de envío de remesas a familiares y persecución de empresas de terceros países que negocien con Cuba fueron algunas de las jugadas del gobierno republicano que concluyó en enero.
Hace unos días, 80 demócratas de la Cámara de Representantes de Estados Unidos solicitaron a Biden la derogación de lo que llamaron «crueles sanciones» de Trump hacia La Habana.
Mientras, el senador Bob Menédez se opone a cualquier posibilidad de reapertura con el país caribeño, lo que pudiera representar, de momento, el obstáculo del presidente para suavizar su política exterior hacia Cuba.